El Diagnóstico y sus particularidades
El Diagnóstico y sus
particularidades
En este sentido, el docente en la
actualidad desarrolla una labor de una gran responsabilidad en cuanto a la facilitación de habilidades y
destrezas formales a través de los procesos de enseñanza y aprendizaje, el
liderazgo comunitario para emprender nuevos escenarios en la práctica
educativa y en ese contexto el rol del docente se focaliza en ser un observador constante y no un
simple observador que mira como extrañado el acontecer del aula, sin ofrecer
respuestas.
El criterio del docente observador debe ser con miras a crear ambientes educativos donde el educando sea un ser activo, libre, participativo, crítico, creativo, comunicativo y reflexivo.
El docente debe convertir su práctica pedagógica en una acción
transformadora día a día, en fin, es la esencia de los docentes, debe ir a la raíz de los problemas, buscar
indicios, pistas, huellas, y señales que indiquen las causas, carencias, las
necesidades y cuando ya no se ha abordado de manera preventiva, los problemas.
En fin, debe saber combinar los roles principales del perfil docente como
mediador, planificador, facilitador de aprendizajes e Investigador como base de
todos los demás roles a la vez que cumple con los compromisos institucionales.
Ahora bien, para iniciar sobre la base de
investigar, explorar para evaluar se sugiere actuar con curiosidad,
inquietud, búsqueda, ganas de saber y de aprender. De querer solucionar
problemas. Y cubrir necesidades, allí empieza la investigación en el aula para
una evaluación adecuada, sobre la base de un adecuado diagnóstico.
Es aquí preciso preguntarnos, ¿Cómo investigamos en el aula? ¿Es viable investigar para evaluar y enseñar? ¿Qué tiempo debo dedicarle a detectar necesidades o diagnosticar?
Ante estas
interrogantes, les digo con palabras francas y por las vivencias compartidas
que no se aprende a detectar necesidades solo leyendo guías, escuchando a un profesor,
o memorizando libros o más actualizado el planteamiento, a través de la inteligencia artificial. Se aprende a detectar necesidades a través de la
indagación profunda, sencilla, práctica y precisa de situaciones que nos
indican la existencia de alguna carencia, que debe ser cubierta a través de
acciones oportunas, pedagógicamente viables antes de que lleguen a convertirse
en problemas y cuando ya sean inminentes los problemas se deben idear planes de
acción inmersos en proyectos educativos de aprendizaje que permitan darle
solución o contribuir a ella.
En este caso el diagnóstico como fase de vital importancia para la tarea docente consiste igualmente en la búsqueda de datos históricos, entrevistas personalizadas a padres, familiares y al niño o la niña, revisión de documentos, ficha de inscripción, abrir registros anecdóticos, observar su atención en clase y registrarlo.
Una vez reunidos todos los elementos podrá
analizar las informaciones obtenidas y el docente tiene todos los elementos en
sus manos allí se puede hablar de Planificación, fase de contacto directo con
la realidad del aula y la que circunda al estudiante, la familia y trazar metas
para abordar las necesidades que poseen los estudiantes en cuanto a formación
pedagógica en las distintas áreas y el desarrollo humano.
Posteriormente deberá desarrollar las
estrategias trazadas en la planificación, llevar el proceso de evaluación
simultáneamente a su aplicación irá visualizando nuevas necesidades que surjan
en el espiral del contexto, es por esto que el diagnóstico es sistemático,
organizado, flexible y objetivo.
Ahora bien, aquí cabe la pregunta ¿Por qué es sistemático el diagnóstico? y ¿por qué se convierte en una herramienta para garantizar la calidad del proceso educativo?. Porque todos los elementos nos
llevan siempre a otro, no existe ningún evento desconectado en un aula. Y las
necesidades que poseen los educandos se encuentran unas veces ocultas y otras
más evidentes, la situación del aula funciona en espiral o en circulo
dialógico no desconectada.
Luego de una necesidad cubierta y detectada surgirá otra más compleja y que debe ser atendida. Algunos ejemplos,
- Un
niño que se aísla mientras sus compañeros trabajan de manera colaborativa.
¿Qué necesidad?
- Un
niño(a) actúa de manera agresiva. ¿Qué refleja?
- Una
niña va a con rasgos de escasa higiene personal. Pide.
- Un
niño que hace muchas preguntas. Quiere.
- El
grupo de niños se desordenan cuando escribo en el pizarrón.
- No
prestan atención al dictado.
- Los
niños se aburren con las matemáticas
- Existe
un bajo rendimiento en matemática, ciencias, escritura.
Todos y cada uno de estos casos más que
considerarse un problema conforma implícitamente parte de la solución y cuando
no podemos solos debemos solicitar el apoyo de otros, los especialistas, los
entes oficiales o nuestros colegas.
Todos los planteamientos se apoyan en la
propuesta de Stenhouse en Posner, 2001 en su currículo por investigación en el
aula; se constituye bajo la premisa de que la investigación mejora la enseñanza
al relacionar el mundo de la escuela con el mundo de la vida, al construir
proyectos que permitan la interacción de estudiantes, comunidad que sean
vivenciales en el contexto del aula, que se sistematizan, se comprueban, se
discuten con sentido crítico. El docente por lo tanto es un cuestionador de su
práctica, la confronta, la detecta, la modifica. (P-30).
¿Qué nos permite el diagnóstico?
Establecer nuevos modelos pedagógicos con
carácter social, producto de la detección de necesidades surgen estrategias
para la valoración de emancipación social, las alternativas para resolver problemas,
para comunicarse, se incrementan las posibilidades de acción para edificar metas colectivas a través de la creatividad individual y
grupal.
Por tal motivo, partiendo de un modelo
pedagógico social es importante que como docentes tengamos claro que no hay
fórmula ideal, solo hay que hacer un pare e indagar sobre los intereses y
posibilidades de nuestros estudiantes para contribuir con las acciones
pedagógicas a optimizar sus condiciones como ser humano.
Si aprendemos que el diagnóstico es la
primera fase de un proyecto de investigación o un proyecto de aprendizaje
lograremos criticar la práctica en el aula, hacer autoevaluación, y
buscar solución, convertir el aula en un taller donde se diseñan alternativas
para el mejoramiento social educativo y sobre todo para la vida.
Hasta ahora en líneas generales, hemos
esbozado que el diagnóstico, es un proceso de observación es indagación
sistemática continua y reflexión sobre la práctica docente, las necesidades e
intereses de los niños y niñas permitirán avanzar sobre nuevos espacios
pedagógicos innovadores garantes de la institucionalidad y como respuesta al
escenario real que plantea el aula. Surge entonces la pregunta.
¿Cómo lograr el diagnóstico en el
Aula?:
Abarcar el proceso enseñanza/aprendizaje significa conocer todas aquellas
situaciones que se dan en el ámbito escolar, donde se incluye el conocimiento
de todos y cada uno de los estudiantes que conforman un grado, una sección en
su globalidad, necesitamos de unos medios adecuados que nos faciliten la tarea.
Considero pertinente puntualizar en la observación que se constituye en un
método de trabajo no sólo en investigación educativa sino también y
fundamentalmente en el quehacer diario del educador que desarrollan la
actividad escolar.
Los educadores tienen diariamente ante sus ojos toda la información
necesaria sobre los niños con los que trabajan; pero existe el riesgo de que no
capten adecuadamente para poder utilizarla, para ello, nada mejor que, aprender
a observar sistemáticamente y analizar e interpretar adecuadamente los
datos.
Cuando un docente se encuentra por primera vez con un grupo de educandos en
situación educativa tal y como les ocurrirá a muchos después de egresar como
doctores de la Institución e incluso cuando se tiene experiencia en ello se le
presentan múltiples dificultades que muchas veces no sabe cómo resolver, siendo
en el caso que nos ocupa una de las mayores, el ser capaz de discernir, entre
los diversos acontecimientos de cada día, cuál o cuáles son los realmente
significativos.
En muchas ocasiones, la observación puntual de un hecho aislado va a
actuar de detonante que marque el inicio de la observación sistemática. Un
ejemplo lo podemos tener en un niño que usualmente va a clases todos los días,
es excelente en rendimiento, colaborador, y un buen día empieza a aislarse, se
aparta en el recreo, y comienza a reflejar una situación de bajo rendimiento,
allí es donde el docente inicia su labor de observación sistemática.
Para que esto pueda ocurrir es necesario que el docente aprenda a observar,
siendo imprescindible que el trabajo de observación sea acompañado de los
instrumentos necesarios como el lápiz y papel, para luego pueda ser analizado y
contrastado individualmente y/o en grupo, de este trabajo de discusión y
análisis podrá extraerse toda la utilidad de la metodología observacional e
iniciar estrategias para solventar necesidades en los niños, niñas y
adolescentes incorporando a todos los entes activos que participan en la
escuela.
Siendo, sin lugar a dudas, imprescindible que la observación sea sistemática,
objetiva y periódica, lo que requiere el conocimiento y utilización de técnicas
e instrumentos adecuadas para la recogida y análisis de los datos
observacionales.
En nuestro caso, es preciso hacer una matización y es el utilizar la
observación como método para la recogida de información significativa en torno
a los niños en las distintas situaciones que se dan en el ámbito escolar: el
aula, los recreos, el gimnasio, el comedor, etc.
En ese sentido, la metodología observacional es aquel «procedimiento encaminado
a articular una percepción deliberada de la realidad manifiesta con su adecuada
interpretación, captando su significado de forma que mediante un registro
objetivo, sistemático y específico de la conducta generada de forma espontánea
en un determinado contexto, y una vez se ha sometido a una adecuada
codificación y análisis, se encuentren resultados válidos dentro de un marco
específico de conocimiento» (ANGUERA, 1988, pp. 7).
¿Cómo Planificar el diagnóstico?
Se plantean una serie de pasos que, según Fernández,B. (1992) vamos a presentar
a modo de preguntas:
¿Qué
voy a observar? Es esencial una acotación estricta que impida cualquier
enunciado confuso, tanto si procedemos exclusivamente por vía inductiva como si
lo hacemos a partir de conceptos o de situaciones surgidas en la espontaneidad
del Aula.
¿Con
qué voy a observar?, es decir, que técnicas e instrumentos de registro voy
a utilizar. La respuesta a esta pregunta dependerá, de una parte, de la
finalidad de la observación y de otra, del momento en que nos encontremos;
atendiendo al grado de estructuración podemos clasificar los tipos de registro
de la siguiente manera:
Registros que pueden ser llevados por el
docente:
- a) Registros
Narrativos, b) Escalas de estimación, c) cuadernos
de notas de campo, d) anecdotarios, f) Diarios, g) Entrevista en
profundidad.
Estrategias Participativas para detectar
necesidades en los niños y niñas de Educación Básica o primaria: actualmente
muy usadas.
- Estrategias metacognitivas bien pueden ser
individuales o grupales: que nos permiten determinar hasta donde los
niños y niñas saben sobre lo que saben, es decir, ¿comprenden para que les
sirve en su vida cotidiana los conocimientos? Estas actividades se
realizan utilizando hojas de trabajo en la cual ellos puedan hacer
composiciones escritas, analogías entre otras actividades.
- Estrategias de interacción grupal: compuestas por
dinámicas de grupo, actividades donde reflejen liderazgo, permiten
determinar en qué medida se integran a nuevas situaciones, los valores de
trabajo en equipo.
- Foros:
organizados por los mismos niños y niñas pueden ser muy significativos
para determinar estrategias individuales de fortalecimiento en diversas
áreas de conocimiento, sobre temas de interés común y difícil de tratar en
el hogar, salud, y reproducción, la ecología, las infecciones de
transmisión sexual.
- Hojas de trabajo que permitan la
expresión escrita, la expresión artística.}
- Aplicar la mayéutica, aplicar el postulado
socrático.
El inciso llamado COVID.19. Una época difícil para realizar diagnósticos.
Luego
de culminar las vacaciones decembrinas del año 2019 apareció en enero 2020 el rumor de existencia del Coronavirus, lo que se convirtió en muy poco tiempo en
Pandemia, trajo como consecuencia el aislamiento social, la suspensión de
clases en todos los países con la finalidad de contrarrestar la multiplicación
del virus. Esta situación obligó a los sistemas educativos a nivel mundial a
ajustar las estrategias de enseñanza y evaluación de los aprendizajes.
Esta novedad no tardó en convertirse en un cúmulo de problemas acarreados por el encierro, por las medidas educativas de emergencia y sin planeación, incluso por la inadecuación de estrategias de enseñanza y aprendizaje de manera improvisada.
Algunas de
las consecuencias que se han evidenciado fue el difícil acceso al campo por parte de los docentes para realizar diagnósticos y ayudar en los
problemas que generó el Coronateaching, denominado por La Cruz (2021) a todo
aquel proceso que se inició sin panificación y que trajo desastrosas
consecuencias en la praxis docente.
Sin embargo, una vez que se ha levantada la emergencia sanitaria por el Covid.19 y se regularizó la vuelta a clases comenzaron de nuevo las investigaciones para detectar problemas en las aulas.
La exploración de problemas PostCovid.19 van desde la salud mental en
jóvenes y niños, situaciones de bullying y ciberbullying en niños y adultos
para afectar a los niños, problemas de ética al no realizar de manera adecuada
las tareas en el hogar, siendo de dudosa procedencia su realización,
proliferación del trabajo virtual con la elaboración de recursos didácticos
para ser presentados por los niños como perfectos, hostigamiento por el abuso
de las redes sociales, en fin, los problemas comienzan a verse a casi tres años
de la pandemia y toca a los docentes continuar con la tarea y quizás ahora con
más recursos digitales a la mano.
A manera de cierre.
Todo lo planteado resalta el rol protagónico que está llamado a cumplir el docente como observador, investigador, evaluador, promotor y gestor de las soluciones a los complejos problemas que plantea en el contexto del aula, pero que muchas veces no se han originado en ésta. Por lo tanto, el docente posee una gran responsabilidad ante el reto de la consolidación de una educación fundamentalmente humanista.
Ante este
particular, según Pérez, Esclarin A. (2005).
Si realmente
estamos convencidos de que la educación es el pasaporte al mañana, la condición
de cultura, libertad, dignidad, clave de la democracia política, del
crecimiento económico y de la equidad social, debería ocupar el primer lugar
entre las preocupaciones públicas y entre los esfuerzos nacionales e
internacionales. Si es un derecho es un debe de todos. Por lo tanto tarea de
todos, como proyecto de nación, objeto de consensos sociales, amplios y
duraderos.
Esto significa que el llamado para preparar a esos hombres y mujeres que mañana irán a una universidad, conformaran una vida adulta, una familia, serán emprendedores, gobernarán nuestras naciones y asistirán a un trabajo se verá entonces allí reflejado lo que cada docente haga o deje de hacer cuando le corresponda su momento.
Si los niños presentan situaciones de necesidades no siempre esto saltará a la vista y otras si, debemos aplicar el diagnóstico como docentes inicie buscando adentro, en sí mismo, sus fallas, competencias, habilidades y destrezas y luego busque afuera.
Si la necesidad no la lograr
cubrir sólo con las fortalezas y desde la gerencia en el aula, debe iniciar la
segunda fase que es revisar afuera, en la familia, el entorno, buscar apoyo en
especialistas. Nunca debemos como docentes dejar la responsabilidad en otros, o
culpar a otros de lo que nuestros estudiantes carecen porque así llegan a las
universidades y tendrán carencias que nunca fueron atendidas porque siempre fue
culpa de otros.
Franahid Josefina D´silva Signe
FRANAHID JOSEFINA DSILVA SIGNE (0000-0001-7069-902X)
franadasi@gmail.com
REFERENCIAS:
FERNÁNDEZ
BALLESTEROS y J.A. CARROBLES (eds), Evaluación conductual: Metodología
y aplicaciones. Madrid: Pirámide
ANGUERA,
M.T. (1988). Observación en el aula. Barcelona: Grao.
ANGUERA,
M.T. (1990). ‘La observación como metodología básica de investigación en el
aula». En O. SÁENZ (de). Prácticas escolares. Propuesta de proyectos
curriculares y de investigación-acción. Barcelona: Humanitas.
BLANCO, A.
(1982). Metodología de la observación en Educación Especial. Bulletin,
10, 23-29.
FRAISSE, P.
(1970). Le méthode experimentale. En P. FRAISSE y J. PIAGET (eds.), Traité
Psychologie Experimentale Y:Historie et Méthode. París: P.U.F.
PEREZ
ESCLARIN, A. ( 2001). Educar
para Humanizar. Colombia. Narcea
POSNER, G.
(2001). Análisis
de Currículo. Cómo desarrollar una práctica Docente competitiva.
Enciclopedia. Docente del Siglo XXI. Colombia. McGraw Hill.
RODRÍGUEZ,
Y. (2001). La
Investigación en el Campo de la Formación Docente. Revista UNA Documenta.
Universidad Nacional Abierta. Año 15. Vol. 12. Caracas.
Herrero. M.
(1996). La
Importancia de la Observación en el Proceso Educativo.
Asociación Universitaria de Formación del Profesorado (AUFOP). VIII
Congreso de Formación del Profesorado. Ávila, 5, 6 y 7 de Junio de 1996.
Si deseas
citar este post.
D´silva
(2022) El Diagnóstico y sus
particularidades. https://franadasi.blogspot.com/2022/05/el-diagnostico-y-sus-particularidades.html
Comentarios
Publicar un comentario
Escríbenos tus inquietudes, comentarios o intereses en este espacio.