El reto para el aprendiz de hoy: vivir en la Globalidad y aprender a lo largo de la vida
El siglo XXI ante la revolución cultural derivada de la economía mundializada, donde las decisiones tomadas en otros rincones del globo afectan a personas y grupos que viven al otro extremo, no resulta inocuo para la cultura y la sociedad, sino que tiene impacto multidimensional y relativo, puesto que en algunos casos pueden ser peligrosos y en otros puede ser dramáticos o apocalípticos.
Autores como Castells (2000) encuentran en este profundo cambio
estructural, ciertas oportunidades para un cambio que mejore las condiciones de
las personas en el mundo, debido al hecho que las personas tenemos las
habilidades y destrezas de asimilar una gran cantidad de información a la vez
ordenar y manipular de forma idónea.
El reto de vivir en la Globalidad y aprender a lo largo de la vida
es cada día más desafiante. Mientras podemos observar algunos países o
sectores de desarrollo en investigación y tecnología donde la globalización y
la revolución tecnológica son fenómenos que han cobrado relevancia e interés
para movilizar el sector industrial en diversas disciplinas, también en el 2022 el informe del Instituto de Estadística de la UNESCO, afirmaba que para ese momento 771 millones de adultos analfabetos en el mundo.
Además, muchos otros adultos carecen de las capacidades y los conocimientos necesarios para responder a las exigencias de un siglo XXI cada vez más digital. ¿Cómo es posible que esto suceda hoy en día? ¿Cómo es posible que el mundo pueda vivir entre tanta ambivalencia?
Esto puede explicarse de muchas maneras. Inicialmente, nos colocamos frente a un mundo caracterizado por la diversidad y
complejidad abrumadoras, la constante parece ser la perplejidad. En este
contexto, la sociedad moderna coexiste tanto las realidades individuales únicas
como las necesidades colectivas que debemos satisfacer para prosperar.
Luego se habla de aprendizaje para toda la vida, que Guy Claxton nos desafió ya en 1999 con una visión que resalta con mayor fuerza en la actualidad: el aprendizaje a lo largo de la vida no es solo una necesidad, sino una aventura estimulante.
Aprender a aprender se convierte en una herramienta
esencial para navegar las aguas turbulentas de un mundo en constante evolución.
Esta forma de aprendizaje no solo se trata de acumular conocimientos, sino de
prepararse para la vida, adoptando una actitud de exploración y aprecio por la
cultura y los valores de nuestra propia comunidad y la comunidad global.
Según la UNESCO hay cinco elementos esenciales en la definición de aprendizaje a lo largo de toda la vida. Debe abarcar:
- todos los grupos de edad;
- todos los niveles de educación;
- todas las modalidades de aprendizaje;
- todas las esferas y espacios de aprendizaje;
- una amplia variedad de fines.
En este planteamiento, aprovechar
el potencial del aprendizaje
a lo largo de toda la vida requiere un compromiso político y la
elaboración de políticas intersectoriales y en varios niveles. Asimismo,
requiere el reconocimiento, la validación y la acreditación de las habilidades
adquiridas en entornos no formales o informales. los
valores de respeto, solidaridad y emprendimiento emergen como faros que guían
nuestra convivencia y crecimiento personal. A través del emprendimiento de
tareas tanto científicas como culturales y no convencionales, podemos
contribuir al desarrollo humano y fomentar una convivencia saludable.
Definitivamente no podemos quedarnos perplejos ante la complejidad, todos los fenómenos y situaciones experimentadas en los primeros años del siglo XXI, considerados como un torbellino de cambios, así como los miedos que se instalan en su lugar, en el confuso ámbito social y cultural, donde se percibe algo parecido al caos, son el escenario potencial para hacerles frente desde la psicología con respuestas a los problemas.
El ser humano es voluntariamente capaz de poseer un dominio personal de sí
mismo y del mundo que le permita tomar decisiones adecuadas para sí y su
comunidad.
De manera general, el hombre sabe y filtra lo que quiere y no quiere aprender,
aunque algunas veces decimos, aprendemos incluso lo que no debemos. No
obstante, existen condiciones específicas sobre este aspecto signadas por dos
grandes dominios, el del aprendizaje
y el desarrollo: El intercambio intercultural, el lenguaje o dominio
de los nuevos códigos simbólicos y la ética, conjunto de principios en torno a
los cuales se construye la personalidad del aprendiz, para tener la capacidad
de distinguir entre lo bueno y lo malo, entre lo que se debe y no se debe
hacer.
Respecto al lenguaje, la información y la comunicación, ante los individuos se
abren dos grandes posibilidades: Entenderse con el mundo directo que les afecta
desde el punto de vista personal para incorporarse al manejo y comprensión de
los códigos y sistemas de comunicación del conocimiento, o por el contrario,
ajustarse al trato tranquilizador con el mundo actual y quedar al margen del
flujo de la información que contiene las claves del mundo actual.
Respecto de la ética el hombre y mujer de hoy y mañana deberá intentar
construirse como individuo autónomo y pleno en derechos y deberes cívicos,
económicos y políticos, o por el contrario, obviando lo nocivo que le puedan
parecer los problemas y asuntos sociales y políticas.
En ese sentido, sólo la educación en distintos países se orienta a este precepto, Países como Portugal, España conviven actualmente entre situaciones generadas por fenómenos como la migración que conllevan a la creación de normas para vivir que antes ni se lo hubieran pensado o la aceptación de temas que muchas décadas atrás hubiesen significado la cárcel o la horca.
A pesar de que todo esto coloca en fuego el dominio de racionalidad y nos coloca ante la realidad como una entidad compleja susceptible de ser comprendida, nos hace libres para decidir y cocrear a través del proceso de la educación con visión Glocal, ésta crea una inteligencia flexible capaz de manejar instrumentos ylenguajes cambiantes, pero también de formación para el logro de una identidad que proporcione seguridad personal, al tiempo que solidaridad social en el futuro ciudadano.
En definitiva, participar del mundo diverso y globalizado sin ser atropellados
consiste en construir una democracia basada en el ejercicio de los derechos
humanos, el respeto a la vida y los valores universales.
La instrucción pública democrática y cívica debe proporcionar esa transformación del individuo para que éste aprenda a ser un ciudadano que acepte saberse miembro de un proyecto cosmopolita que contemple sus tradiciones y de igual manera disienta y quiera conocer el mundo por su propia experiencia, sea que le guste leer un libro en físico o un libro digital, le huye a la tecnología o estudia la Inteligencia artificial, sus posibilidades y se apoye en ello.
Finalmente, puedo aseverar que en casi todas las áreas del conocimiento científico y popular ( vulgar o empírico) pueden entonces ofrecer al aprendiz las herramientas que le permitan ser alguien que sabiendo como vivir en su aldea, sepa que existen otros mundos donde quienes viven también son, al mismo tiempo, locales y universales. El aprendiz tiene como tarea ser un ciudadano cosmopolita.
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