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Todos acabaremos citando a OpenAI: academia, ética y evaluación en la era ChatGPT

Actualmente una de las discusiones que ocupa mayor parte de la discordia en virtud del uso de la Inteligencia Artificial Generativa, se refiere al rol que debe o que realmente tiene actualmente en la vida educativa de cualquier nivel y a cualquier escala. 

Por ejemplo, OpenAI ha convertido la IA generativa en cotidianidad académica. El dato que resume esta magnitud: 800 millones de usuarios activos semanales en ChatGPT, según Sam Altman. Con esa escala, la discusión dejó de ser “¿prohibimos?” para pasar a “¿cómo lo usamos con cabeza y lo citamos con transparencia?”.

Lo bueno (si se declara): acelera borradores, limpia estilo, sugiere ideas y código, traduce y democratiza la escritura científica para quien no publica en inglés. 

Lo delicado: ni es autora ni infalible. 

En 2023, su aparición como coautora en papers desató una reacción: revistas top prohibieron listarla como autora y exigieron declarar el uso de IA cuando proceda. La pauta es simple: herramienta sí, autoría no, y todo uso significativo debe explicitarse

Cómo citarla sin mareo (APA, versión rápida): trata el output como producto algorítmico

OpenAI. (Año). 

ChatGPT (versión) [Large language model]. 

URL. Y en el texto

(OpenAI, Año). Si el chatbot influyó de verdad, describe el prompt y, si es clave para tu trabajo, anexa la transcripción

Parece una locura, si, lo sé, pero¿ sabías que esta es la alternativa que han encontrado algunas Universidades ante su uso sin ningún tipo de evidencia o declaración? La idea no es burocracia: es trazabilidad

Evaluación y clase: 

La idea de bloquear la IA en algunos espacios académicos  funcionó poco. Algunos distritos escolares grandes en ciudades como Nueva York, Seattle y Los Ángeles están prohibiendo ChatGPT en dispositivos y redes propiedad de la escuela. Les preocupa que los estudiantes lo usen como una manera fácil de completar las tareas. La portavoz del Departamento de Educación de la ciudad de Nueva York, Jenna Lyle, declaró en The Hill que "no desarrolla habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas".

Sin embargo, prohibirlo no impedirá que los estudiantes lo usen, ya que pueden obtener acceso fuera de la escuela. Además, prohibirlo no aborda los problemas académicos y éticos que produce la escritura generada por IA.

Lo potente es subir el nivel

Pedir a los estudiantes que usen IA para un primer borrador, para lluvia de ideas y luego refutar sus errores; plantear casos reales donde el valor sea criterio, contexto y evidencia. Organizaciones como ISTE lo dijeron temprano: ChatGPT no “mató” los exámenes; exhibió su obsolescencia

Ética en serio: la evidencia más reciente (Nature) alerta que delegar en IA puede aumentar la trampa, sobre todo con interfaces de metas vagas (“maximiza X”). La solución no es pánico, sino diseño responsable, normas claras y enseñar rendición de cuentas. Nature

Mi receta práctica (versión franadasi):

  1. Declara siempre (qué, cómo y para qué usaste IA).

  2. Audita todo (no pegues nada sin verificar).

  3. Diseña tareas donde la IA no sea suficiente (diario de decisiones, fuentes contrastadas, defensa oral).

  4. Cuida datos (no subas material sensible al chatbot).

  5. Forma hábitos: preguntar mejor, contrastar más, firmar lo que entiendes.

Si la IA ya es tu herramienta diaria, citar a la máquina es el mínimo. El diferencial sigue siendo humano: criterio, ética y contexto.

Ahora ¿Qué sucede si nuestros estudiantes siguen usando el los GPT sin declararlo?

Turnitin, Copyleaks, DetectGPT, GPTZero y otras compañías se sumaron a las preocupaciones sobre las No declaraciones de uso generalizadas e inmediatamente comenzaron a ingeniar herramientas de detección. OpenAI, la empresa de investigación que impulsó ChatGPT, está trabajando en la creación de una marca de agua electrónica para que sea más fácil de detectar.

Mi conclusión es muy clara y OjO, ¡ya algunas Instituciones Educativas lo hacen!

Así es que insisto, dentro de poco TODOS estaremos citando OPENAI.


Fuentes clave: TechCrunch; The Guardian; Nature; APA/guías universitarias; ISTE. 

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